18 abril, 2015

Fosforescente al salir del mar

Foto incluida en My Buddy: World War II Laid Bare, de Dian Hanson

«... Era temprano. El mar corría y bajaba en olas. Se desprendía de su espuma y se iba, limpio, con su agua verde, en ondas calladas.
»-En el mar sólo me sé bañar desnuda -le dije. Y él me siguió el primer día, desnudo también, fosforescente al salir del mar. No había gaviotas; sólo esos pájaros que les dicen «picos feos», que gruñen como si roncaran y que después de que sale el sol desaparecen.
Él me siguió el primer día y se sintió solo, a pesar de estar yo allí.
»-Es como si fueras un «pico feo», uno más entre todos -me dijo-. Me gustas más en las noches, cuando estamos los dos en la misma almohada, bajo las sábanas, en la oscuridad.
»Y se fue.
»Volví yo. Volvería siempre. El mar moja mis tobillos y se va; moja mis rodillas, mis muslos: rodea mi cintura con su brazo suave, da vuelta sobre mis senos; se abraza de mi cuello; aprieta mis hombros. Entonces me hundo en él, entera. Me entrego a él en su fuerte batir, en su suave poseer, sin dejar pedazo.
»-Me gusta bañarme en el mar -le dije.
»Pero él no lo comprende.
»Y al otro día estaba otra vez en el mar, purificándome. Entregándome a sus olas.»


Juan Rulfo
Pedro Páramo

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