Timoleon Marie Lobrichon - Promenade des Enfants
II
Pero entonces vienen ellas sembrando luces
-y futuras sombras, inexorables
como el inmenso paso de la luz
a la tiniebla-, entonces
me olvido de la noche
y su transcurso
llegan sin saber que para vivir
hay que desarmar la rueca atávica
y enredar
los viejos hilos con nudos imposibles
y levantar los puentes para ahogar
el mito maldito del príncipe
y salvar al hombre compañero
llegan amándome hasta el cielo
ida y vuelta
encrayolando mis paredes fucsiamente
por ellas levanto la mano de jurar
tintada en rojo-río la pluma de escribir
digo que habré de durar
empecinada
devenida tronco y ramas para ellas
ser remanso en el verano
abrigo en la ventisca…
quiero a las mujeres insinuadas
en sus ojos
crecidas, amando, poderosas
ahora que descansan en la palma de mi mano
y su armonía delicada me ilumina
veo a Lara
bailar
en pleno centro
rodeada de música
girar
luz en el aire
dulce antorcha mínima
reír
al ver sus pies
esa sombra mágica
saltar
buscando el vuelo
alada, mítica
ahora que las veo, y todo en ella rezuma transparencias
jazmines, nardos de sueño azucarado
quiero de Martina
una sonrisa
sólo una para respirar
otro minuto
sus ojos
chiquitos de reír…
con ellos déme luz
sus dedos
rodeando los míos
para sostenerme
Mientras
Alto cada día
Ramitos de esperanza
Tejo sueños
Invento nanas
Nombrándola
Aliento amoroso en el silencio
ahora las veo, frágiles, pequeñas flores semillando
bajo un cielo grave y ominoso y pese a todo
llegas tú
dentro del hueco minúsculo
auguras otoños de manzanas
de las dulces, de las agrias
tu boca famélica irresignable
saquea la teta de mamá
guerrera por cada latido hasta conseguir
la más pequeña, audaz, amada
Victoria.
Silvia Carrero Parris
Signos Vitales