20 mayo, 2010

Ese toque mágico


Edward Hopper - Chop Suey

Toda relación humana íntima –amistad, amor, e incluso los extraños vínculos que unen a dos adversarios en la vida y en la muerte- se inicia con ese toque mágico; como si uno sintiera la realidad del sueño: en la multitud, entre desconocidos, de súbito te llega una mirada, una voz, y te mareas como si ya hubieras vivido aquella misma experiencia, como si supieras de antemano todo lo que va a suceder, tanto las palabras como los gestos; y todo ello es la realidad más profunda, más definitiva, pero al mismo tiempo parece un sueño… Así se inician las grandes relaciones humanas.

Sandor Márai
La Hermana

08 mayo, 2010

La vida de un tonto

Jean Francois Millet - El Angelus

Pero los hombres trabajan bajo la influencia de un error. La parte mejor del hombre muy pronto es arada para abono de la tierra. Por un aparente destino comúnmente llamado necesidad, los hombres se dedican, según cuenta un viejo libro, a acumular tesoros que la polilla y la herrumbre echarán a perder y que los ladrones entrarán a robar. Esta es la vida de un tonto, como comprenderán los hombres cuando lleguen al final de ella, si no lo hacen antes.

Henry David Thoreau
Walden, o la vida en los bosques

02 mayo, 2010

Así duele una noche

Suiza nevada - Alejandro Marzioni


La ausencia es una forma de invierno


Como el cuerpo de un hombre derrotado en la nieve,
con ese mismo invierno que hiela las canciones
cuando la tarde cae en la radio de un coche,
como los telegramas, como la voz herida
que cruza los teléfonos nocturnos,
igual que un faro cruza
por la melancolía de las barcas en tierra,
como las dudas y las certidumbres,
como mi silueta en la ventana,
así duele una noche,
con ese mismo invierno de cuando tú me faltas,
con esa misma nieve que me ha dejado en blanco,
pues todo se me olvida
si tengo que aprender a recordarte.

Luís García Montero

01 mayo, 2010

Un dolor inútil

Aaron Stanford en The Cake Eaters

Pero un montón de veces ocurre de este modo, casi siempre ocurre así: se descubre al final que el dolor, todo aquel dolor, era inútil, que se ha estado sufriendo como bestias, y era inútil, no era ni justo ni injusto, no era hermoso ni horrendo, tan sólo era inútil, al final todo lo que puedes decir es: era un dolor inútil.

Alessandro Baricco
City