29 mayo, 2013

Las botellas de los náufragos


 Diego Lema

Apagué la luz y estuve un rato inmóvil. Tengo la sensación de que hace ya muchas horas que terminaron los ruidos de la noche; tantas, que debía estar ya el sol alto. El cansancio me trae pensamientos sin esperanza. Hubo un mensaje que lanzara mi juventud a la vida; estaba hecho con palabras de desafío y confianza. Se lo debe haber tragado el agua como a las botellas de los náufragos. Hace un par de años que creí haber encontrado la felicidad. Pensaba haber llegado a un escepticismo casi absoluto y estaba seguro de que me bastaría comer todos los días, no andar desnudo, fumar y leer algún libro de vez en cuando para ser feliz. Esto y lo que pudiera soñar despierto, abriendo los ojos a la noche retinta. Hasta me asombraba haber demorado tanto tiempo para descubrirlo. Pero ahora siento que m¡ vida no es más que el paso de fracciones de tiempo, una y otra, como el ruido de un reloj, el agua que corre, moneda que se cuenta. Estoy tirado y el tiempo pasa. Estoy frente a la cara peluda de Lázaro, sobre el patio de ladrillos, las gordas mujeres que lavan la pileta, los malevos que fuman con el pucho en los labios. Yo estoy tirado y el tiempo se arrastra, indiferente, a mi derecha y a mi izquierda.

Juan Carlos Onetti

El pozo

21 mayo, 2013

Reptiles de marismas


 Egon Schiele - Cuatro árboles (1917)

Así, sin saberlo, heredamos la incapacidad para la tragedia y la predisposición hacia la forma menor del drama: porque en nuestras casas no se acepta la realidad del mal, y esto pospone hasta el infinito cualquier forma de desarrollo trágico, liberando la amplia ola de un drama mesurado y permanente –la marisma en la que hemos crecido. Es un hábitat absurdo, hecho de dolor reprimido y de censuras cotidianas. Pero nosotros no podemos darnos cuenta de lo absurdo que es porque como reptiles de marismas tan sólo conocemos ese mundo, y la marisma es para nosotros la normalidad. Por eso somos capaces de metabolizar increíbles dosis de infelicidad tomándola como el curso obligado de las cosas; no nos alcanza la sospecha de que escondan heridas que hay que curar, ni fracturas que recomponer. 

Alessandro Baricco

Emaús

16 mayo, 2013

El hombre soberano



El hombre soberano

Mi maestro dijo:
“Aquello que actúa sobre todo y no interfiere con nada, es el cielo…
El hombre soberano se da cuenta de esto, lo oculta en su corazón, crece sin límite, con amplia mentalidad, lo atrae todo a sí.
Y así deja que el oro yazca en la montaña, deja la perla descansando en las profundidades. Los bienes y las propiedades no suponen ganancia ante sus ojos, se mantiene alejado de la riqueza y los honores. Una larga vida no es motivo de regocijo, ni una muerte temprana, de pena.
El éxito es algo de lo que no tiene porque enorgullecerse, el fracaso no es una vergüenza. 

Si tuviera todo el poder del mundo, no lo consideraría como propio; si lo conquistara todo, no se lo apropiaría.
Su gloria está en saber que todas las cosas se funden en Una, y que la vida y la muerte son iguales…”
 

Thomas Merton

El camino de Chuang-Tzu

12 mayo, 2013

Dormir en el mar

Bateson Mason -  Sleeping Fishermen

No se duerme de la misma manera en mar abierto que aquí, en Lugar, en pleno fiordo, entre altas montañas, en realidad en el fondo del mundo, y donde el mar es a veces tan manso que bajamos a la playa a acariciarlo, pero nunca es manso cuando estamos lejos de las cabañas, nada parece capaz de calmar el oleaje, ni siquiera las noches tranquilas, el cielo cuajado de estrellas. El mar entra en los sueños de quienes duermen en mar abierto, la conciencia se llena de peces y de compañeros ahogados que saludan tristemente con aletas en vez de manos. 
 

Jón Kalman Stefánsson
Entre cielo y tierra

09 mayo, 2013

Por qué no estás aquí para despertarme

 Man Sleeping - Dan Andros

A medianoche

Se abren puertas se descubren ventanas
Un fuego se enciende y me deslumbra
Todo se decide encuentro
Criaturas que yo no he deseado.

He aquí el idiota que recibía cartas del exterior
He aquí el anillo precioso que él creía de plata
He aquí la mujer charlatana de cabellos blancos
He aquí la muchacha inmaterial
Incompleta y fea bañada de noche y de miseria
Cargada de absurdas plantas silvestres
Su desnudez su castidad sensibles de cualquier parte
He aquí el mar y barcos sobre mesas de juego
Un hombre libre otro hombre libre y es el mismo
Animales exaltados ante el miedo con máscara de barro
Muertos prisioneros locos todos los ausentes.

Pero tú por qué no estás aquí tú para despertarme


Paul Eluard
La vie immédiate (1932)




05 mayo, 2013

No es fácil quedarse tranquilo


 Cesare Pavese

Nos hace falta un país, aunque sólo fuera por el placer de abandonarlo. Un país quiere decir no estar solos, saber que en la gente, en las plantas, en la tierra hay algo tuyo, que aun cuando no estés te sigue esperando. Pero no es fácil quedarse tranquilo. Hace un año que lo tengo a la vista y cuando puedo me escapo a Génova, se me va de las manos. Estas cosas se comprenden con el tiempo y la experiencia. ¿Es posible que a los cuarenta años y habiendo visto tanto mundo todavía no sepa cuál es mi país? 

Cesare Pavese
La luna y las fogatas

01 mayo, 2013

Un hombre afortunado


 Qian li zou dan qi (Un largo y doloroso camino, Zhang Yimou, 2005)

Takata: Lo envidio. Sin importarle lo que piensen los demás puede llorar y decir lo que quiera en público. Es un hombre afortunado. Si yo tuviera tanto valor como él, la relación con mi hijo sería distinta.