Mar del Sur - Argentina - enero 2006 - (C) Veroka
Pero hay algo que agrieta este purgatorio. Y es algo de lo que no puedes escaparte. El mar. El mar hechiza, el mar mata, conmueve, asusta, da risa también, a veces, desaparece, por momentos, se disfraza de lago, o construye tempestades, devora barcos, regala riquezas, no da respuestas, es sabio, es dulce, es poderoso, es imprevisible. Pero sobre todo: el mar llama. Lo descubrirás, Elisewin.
En el fondo no hace otra cosa que esta: llamar. Nunca deja de hacerlo, entra dentro de ti, lo tienes encima, es a ti a quien quiere. Puedes mostrarte indiferente, pero no sirve. Seguirá llamándote. Este mar que estás viendo y todos los otros que no llegarás a ver, pero que estarán siempre al acecho, pacientes, un paso más allá de tu vida. Sentirás que te llaman, incansablemente. Ocurre en este purgatorio de arena. Ocurriría en cualquier paraíso, y en cualquier infierno. Sin explicar nada, sin decirte dónde, siempre habrá un mar llamándote.
Alessandro Baricco
Océano Mar
Océano Mar