Martin Fuchs - Two men on 5th Avenue
En más de una ocasión, has mencionado que hay personas que vienen sin el “chip” que permite amar. ¿Por qué?
—Puede ser por formación, por educación o por grupo de pertenencia. Es el amor neoliberal, posposmoderno, gringo. La honestidad y la fidelidad tienen una prensa horrible en el amor contemporáneo y yo me rebelo absolutamente contra eso. Que me digan anacrónico, frígido, lo que quieran. A mí me funciona bien, aunque a veces suceda que haya seres oscuros que quieran probar cómo es esta luz y uno, que es un zonzo, se confunda y deje ser.
En general, pareciera que hablás de un amor con mayúscula, como verdad absoluta, total.
—Para mí, el amor se escribe todo con mayúscula, las cuatro letras, como tantos otros conceptos que deberíamos volver a poner delante de los ojos y no a un costado. Lo que pasa es que los que amamos así estamos un poco estigmatizados porque estamos en carne viva. Muchos de nosotros estamos inmersos en un universo que no nos pertenece por historia, que ahora le pertenece al amor libre y pasatista, liberal, express. Hay un amor clásico que es el amor más simple y es el que está atravesando toda ancla como síntoma histórico. ¿Qué quiere decir? Decime cómo amás y te diré a qué momento histórico pertenecés. Yo no amo à la mode. ¿Quién me dice a mí que tengo que ser promiscuo? ¿Quién me lo manda? ¿Por qué me lo manda? ¿No querrán verme en ese mercado barato de la promiscuidad? No, yo elijo que no. Defiendo a los que eligen que sí; pero a los que eligen, no a los que no saben dónde los lleva la marea. ¿Pero a mí quién me dijo que tengo que amar, decir o militar de tal manera? ¿No estaría mejor hacerlo de otra forma? Todo tiene que ver con la crisis de las definiciones, de las palabras.
Fragmento de una entrevista a Gabo Ferro en Página 12
2 comentarios:
Sí! la pude ver. te la recomiendo por si no la viste.
un abrazo!
Cuento breve:
El hombre entra al negocio porque quiere comprar una mesa. Es una mueblería, pero no antigua. Le ofrecen de varios tipos y modelos, pero el hombre no se decide y se va.
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