Toda relación humana íntima –amistad, amor, e incluso los extraños vínculos que unen a dos adversarios en la vida y en la muerte- se inicia con ese toque mágico; como si uno sintiera la realidad del sueño: en la multitud, entre desconocidos, de súbito te llega una mirada, una voz, y te mareas como si ya hubieras vivido aquella misma experiencia, como si supieras de antemano todo lo que va a suceder, tanto las palabras como los gestos; y todo ello es la realidad más profunda, más definitiva, pero al mismo tiempo parece un sueño… Así se inician las grandes relaciones humanas.
Sandor Márai
La Hermana