31 diciembre, 2017

Todos los libros


 Félix Vallotton  -  La biblioteca (1921)

Siempre habrá nuevos (y viejos) libros para leer, pero siempre habrá un libro que busco y no consigo. Mi ilusión es tener todos los libros a mano para usarlos cuando una necesidad práctica lo exija, elegirlos cuando mi lectura sea apropiada y esté disponible para ese libro y no otro. Por lo tanto mi biblioteca y los libros que compro no son para leerlos ahora, sino para una lectura futura que yo imagino que encontrará su lugar en un volumen que he comprado años antes. Una idea que se sostiene en mi tendencia a ver en el presente los rastros del porvenir (y estar preparado). También la biblioteca persiste como un lugar al que vuelvo: los mismos libros, las mismas ideas que se repiten desde hace años y que se repetirán también en el futuro.

Ricardo Piglia
Los diarios de Emilio Renzi
2. Los años felices

14 diciembre, 2017

To love what death can touch


William Adolphe Bouguerau  -   Premier deuil (1888)


‘TIS A FEARFUL THING

‘Tis a fearful thing
to love what death can touch.

A fearful thing
to love, to hope, to dream, to be –

to be,
And oh, to lose.

A thing for fools, this,

And a holy thing,

a holy thing
to love.

For your life has lived in me,
your laugh once lifted me,
your word was gift to me.

To remember this brings painful joy.

‘Tis a human thing, love,
a holy thing, to love
what death has touched.” 

Yehuda HaLevi 

06 diciembre, 2017

Desengaños


 Egon Schiele - Autorretrato

Eugène es mi productor y mi mejor amigo. Empezó siendo lo primero y, acabó convirtiéndose en lo segundo. No sé si yo soy lo mismo para él. Prefiero no preguntarme ya esas cosas. Uno nunca sabe lo que es realmente para los demás, y algunos de mis mayores disgustos se los debo a desengaños de este tipo. 

Philippe Claudel
Bajo el árbol de los Toraya

01 diciembre, 2017

El cosquilleo de la sangre



 
Eric Fischl -  Amantes nadando (1984)

Los amores desgraciados, dejémoslos para los miedosos, los débiles y los enfermizos, o para los calculadores que van a la caza de una oportunidad, o para los astutos, que acaban siendo víctimas de su propia astucia, o para los que no se aman con la fuerza que hace olvidar la posición y las diferencias; éstos se ocultan, mandan cartas, tiemblan a la menor palabra y acaban por creer que es amor este miedo, esta inquietud constante, el cosquilleo de la sangre, y se sienten felices, a punto de disolverse como un suspiro.



Björnstjerne Björnson
Un muchacho de buen temple