01 junio, 2007

Océano Mar (7)

Edgarspain

Ann Deveriá la miró... pero con una mirada para la cual mirar es ya una palabra demasiado fuerte... mirada maravillosa que es ver sin preguntarse nada, ver y no más... algo como dos cosas que se tocan... los ojos y la imagen... una mirada que no toma sino que recibe, en el silencio más absoluto de la mente, la única mirada que de verdad podría... salvarnos... virgen de cualquier pregunta, no desfigurada aún por el vicio del saber... pura inocencia que podría evitar las heridas de las cosas cuando desde afuera entran en el círculo de nuestro sentir... ver... sentir... porque no sería otra cosa que un maravilloso estar enfrente, nosotros y las cosas, y en los ojos... recibir... el mundo todo recibir sin preguntas, incluso sin asombro recibir solamente... recibir... en los ojos... el mundo. Solamente los ojos de las madonas, bajo las bóvedas de las iglesias, saben ver de esta manera al ángel que bajó desde cielos de oro en la hora de la Anunciación.

Alessandro Baricco
Océano Mar

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