19 julio, 2007

Cookies


Stranger than fiction (2006) Marc Foster


Will Ferrell (Harold) y Maggie Gyllenghaal (Ana)


Harold: ¿Cuándo fue que te decidiste a ser repostera?

Ana: Oh, en la universidad

Harold: Ah, ¿como una “universidad de repostería"?

Ana: No, fui a la escuela de leyes en Harvard

Harold: Oh, oh, bue.. lo siento, sólo pensé… lo siento

Ana: No, está bien. No la terminé… yo…

Harold: ¿Pasó algo?

Ana: En realidad no. Apenas fui aceptada. Apenas en serio. Por la única razón que me dejaron ir fue por mi ensayo. Cómo iba a hacer del mundo un mejor lugar mediante mi título. Y fui ahi pensando, bueno, que podría hacer una diferencia, y... bueno… la escuela de leyes de Harvard tiene a la gente más inteligente del mundo, gente que algún día le dará forma a la Tierra, y es competitiva y viciosa y agotadora, y teníamos que participar de unas sesiones de estudio, mis compañeros y yo, toda la noche. A veces durante dos días seguidos sin parar, asique… solía cocinar, galletitas casi siempre, para que nadie pasara hambre mientras trabajábamos. Solía cocinar toda la tarde en la cocina de los dormitorios antes de una larga sesión de estudio y escribía todo lo que hacía en uno de esos cuadernos Mead negros que venden al por mayor en la librería del campus. Y llevaba mis cositas a los grupos de estudio… y a la gente le encantaba. Galletas de avena. Barras de mantequilla de maní. Chispas de chocolate y nuez de macadamia. Y todos comían y estaban contentos y estudiaban más y les iba mejor en los exámenes, y más gente se unía a los grupos y los grupos mejoraban y yo traía más cosas para picar y trataba de encontrar mejores recetas y los resultados cada vez eran mejores, y de pronto eran medialunas con queso y damasco, barras de moca con baño de almendras, y tartas de limón con capa de durazno y nuestro grupo de estudio se hizo famoso en todo Cambridge: no porque tuviéramos los apuntes más completos, o la gente más inteligente sino porque teníamos la mejor comida.
Y al final de la primavera tenía veintisiete compañeros de estudio, ocho cuadernos llenos de recetas… y un promedio de D… asique abandoné. Me hice a la idea de que si iba a hacer del mundo un lugar mejor lo haría con galletas… ¿Te gustaron?

Harold: Sí, me gustaron…

Ana: Me alegro.

Harold: Gracias por obligarme a comerlas.

Ana: ...de nada.


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