Andrew Wyeth - Turkey Pond
Le hizo daño oir, al final, cómo Hervé Joncour decía en voz baja
-Ni siquiera llegué a oir nunca su voz
Y al cabo de un momento:
-Es un dolor extraño, en voz baja.
-Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca.
Recorrieron el parque caminando uno junto al otro.
Lo único que Baldabiou dijo fue
-Pero ¿por qué diablos hace este maldito frío?
Dijo, una vez.
Y al cabo de un momento:
-Es un dolor extraño, en voz baja.
-Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca.
Recorrieron el parque caminando uno junto al otro.
Lo único que Baldabiou dijo fue
-Pero ¿por qué diablos hace este maldito frío?
Dijo, una vez.
Alessandro Baricco
Seda
4 comentarios:
¿Cómo va, maestro? Le confieso que casi no termino el libro. Sólo la disciplina de terminar a cualquier costo lo que empiezo a leer me permitió conquistar el placer del conjunto. Quiero decir, si hubiera dejado por la mitad me hubiera perdido la fantástica vuelta de tuerca (posible) del final, que para mí reivindicó todo el libro. Cuando lo vuelva a conseguir, lo releeré, para ver las cosas que el resto ha visto y yo no. Es que a veces no saboreo, sólo consumo.
salú!
silvia
¡Hola Sil!
Suele pasar, yo tuve épocas de leer de esa forma glotona y luego darme cuenta que me quedó poco y nada.
Igual con Baricco tengo una suerte de romance y me leo todo lo que puedo conseguir porque siempre me deja con algo dando vueltas en la cabeza.
Besotes.
¿y el crédito a quien te regaló el libro?
Es verdad che, se me pasó: me lo regaló una zebrita medio rayada pero de gran corazón.
Besotes.
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