13 febrero, 2009

Una cuestión de vida o muerte

John William Waterhouse - Ninfas hallando la cabeza de Orfeo (1900)

Durante cuarenta y ocho años yo también me he quedado en la superficie. Creía que con besos, amor y abrazos se podía conseguir algo. Pero no es así, no se puede… -Suspiró pesaroso-. ¿Habrá mucha gente que llegue hasta el punto al que he llegado yo? –se preguntó intranquilo-. Seguramente no; las personas se conforman con lo superficial, con los símbolos convencionales que pueden intercambiar con el otro sin correr peligro, con una pequeña muestra, y luego siguen sedientos toda la vida… Es cuestión de temperamento”, pensó, pero al momento se indignó. No, no se trataba en absoluto de temperamento, sino de una cuestión de vida o muerte; era simplemente la respuesta a la pregunta de si existía satisfacción, o sea, si tenía sentido sufrir.

Sandor Marai
La Extraña

2 comentarios:

Ana Cristina dijo...

Hola.

Qué buen texto. ¿Por qué será tan común que las personas "se queden" (no me incluyo) en lo superficial?

Besotes.

Marxe dijo...

Por miedo supongo.