08 junio, 2012

Relecturas


Librería Marks & Co.

Cada primavera hago una limpieza general de mis libros y me deshago de los que ya no volveré a leer, de la misma manera que me desprendo de las ropas que no pienso ponerme ya más. A todo el mundo le extraña esta forma de proce­der. Mis amigos son muy peculiares en cuestión de libros. Leen todos los best sellers que caen en sus manos, devorán­dolos lo más rápidamente posible..., y saltándose montones de párrafos según creo. Pero luego JAMAS releen nada, con lo que al cabo de un año no recuerdan ni una palabra de lo que leyeron. Sin embargo, se escandalizan de que yo arroje un libro a la basura o lo regale. Según entienden ellos la cosa, compras un libro, lo lees, lo colocas en la estantería y jamás vuelves a abrirlo en toda tu vida, ¡PERO NUNCA LO TIRAS! ¡JAMÁS DE LOS JAMASES SI ESTÁ ENCUA­DERNADO EN TAPA DURA! Pero... ¿por qué no? Perso­nalmente creo que no hay nada menos sacrosanto que un mal libro e incluso un libro mediocre.

Helene Hanff
84, Charing Cross Road

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