Vicentico
Gloria Guerrero: Como los antiguos poemas persas que parecían hablar de dos amantes en la Tierra, pero que en realidad trataban del amor entre un humano y un ser superior. ¿Me equivoco?
Vicentico: No, no se equivoca para nada: me encantan aquellos poemas musulmanes, de los sufíes... aunque no sé si la palabra correcta sea “religioso”. Para mí, en realidad, es una puerta (piensa). Una puerta que cualquiera puede abrir y que está buena para hacerse preguntas. Siempre fui “antirreligión”: creo que la religión es lo que no debe hacerse. Pero si hay algo que no debe hacerse, eso quiere decir que sí hay otra cosa que puede hacerse, ¿no? No sé cómo explicarlo. Pero... (sonríe) voy a decir algo que es cursi: el amor es la única cosa que rige todo. Eso me interesa de verdad y por eso trato de abrir esa puerta y hacerme preguntas acerca de la realización propia y de la propia felicidad. Y acerca de qué es todo esto, qué significa lograr cierta comunicación con uno mismo y entenderse. Esa es la Gran Pregunta. Yo trato de buscar, de un modo muy simple... y “pop” (vuelve a reírse), a ver si logro contestarme algo. Abrir esa puerta me parece muy interesante.
Gloria Guerrero: ¿Se ha puesto a estudiar algo seriamente –Biblia, Jung, Cábala, sufismo, lo que fuere–? ¿Hay un camino que le interese más que otro?
Vicentico: Todas esas cosas las puedo haber leído. Pero no sigo ninguna que tenga nombre, claramente; algunas corrientes me parecen más simpáticas, más cercanas a lo que yo puedo entender y otras me son más ajenas. Pero lo que sí puedo decir es que estoy muy dispuesto a todo. Es como con el principio de cualquier camino: estar ávido de que te suceda.
Gloria Guerrero: La tapa de 5 es una entrañable declaración de amor incondicional a su esposa; por lo general tan obvia en momentos de noviazgo, cuando cualquiera regala la luna, pero no después de casi veinte años de matrimonio. Disculpe esta reflexión tan femenina...
Vicentico: No es la primera persona que me viene con esa reflexión: hace poco me entrevistó un chico gay, muy gay: “Yo te tengo envidia por ser así, dedicarle a tu mujer de tantos años”, me decía el flaco... A mí me parece muy normal. Es una elección, absoluta, total; aunque parezca una verdad de Perogrullo, lo de Valeria y yo sigue siendo una elección de cada día. Más allá de que estoy enamorado y de que ella me cope y de que me parezca una mina increíble y todo, aparte de eso hay un modo de vida al cual yo adhiero: construir algo y tenerlo. Lo otro no me gusta, realmente.
Gloria Guerrero: ¿Qué es lo otro?
Vicentico: Lo otro es como... Eh, si yo no estuviera con Vale estaría solo. Estoy seguro de eso. No quiero otra persona, quiero esto. Esto me da por todos lados. Me da alegría, me da todo. Es un poco egoísta pensarlo así, ¿no?, como cosa “utilitaria”. El resto del mundo, más allá, es locura; locura; no lo soporto, me da pánico el mundo exterior. En el mundo exterior están todos locos. Están en Facebook con una histeria horrible de fotos, me dan miedo, un susto del que no quiero ni saber.
- Fragmento del reportaje publicado en Página/12