Los dióscuros
Si tuviera un consejo para dar a un ser joven y del cual respetara la inteligencia, el ardor o la valentía, le diría: «No te apegues. No te apegues nunca. Demasiadas servidumbres encontrarás en tu vida que te forjarás libremente y al azar, y sin saber adónde te conducirá el compromiso asumido. Por el bien de los otros como por el tuyo propio, no te apegues. La desdicha consiste en que se requiere haber estado frecuentemente apegado para conocer el precio de no estarlo».
La atadura exterior tan sólo se siente, en cualquier caso, cuando el lazo interior se ha gastado o se ha roto.
Pero, por otro lado, quien no se apega sólo conoce lo más superficial de los seres.
Marguerite Yourcenar
1 comentario:
Pos, no chango. Es todito de la Yourcenar. Se me coló una comilla por ahí. De todos modos coincido plenamente con vos en esos párrafos. Creo que justamente ella lo toma medio con humor, al ver que en realidad es muy difícil lograr ese tipo de desapegos. Yo al menos, no puedo.
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