14 julio, 2007

Oh, la felicidad

Edward Hopper - Nighthawks (Halcones nocturnos)

Aquellas dos imágenes le habían entrado por los ojos como la instantánea percepción de la felicidad absoluta y sin condiciones. Se las llevaría consigo para siempre. Porque es así como te fastidia la vida. Te pilla cuando todavía tienes el alma adormecida y siembra en su interior una imagen, o un olor, o un sonido que después ya nunca puedes sacarte de encima. Y aquélla era la felicidad. Lo descubres después, cuando ya es demasiado tarde. Y ya eres, para siempre, un exiliado: a miles de kilómetros de aquella imagen, de aquel sonido, de aquel olor. A la deriva.


Alessandro Baricco
Tierras de cristal

1 comentario:

Veroka dijo...

puñal tras puñal, cigarrillo a cigarrillo....