31 mayo, 2008

Hasta que sus puertas cedan



Y la muerte no impondrá su reino

Y la muerte no impondrá su reino.
Desnudos hombres ya muertos se confundirán
Con el hombre en el viento y la luna del oeste;
Cuando los huesos sean descarnados y los ya mondados se hayan ido,
Habrá estrellas en torno al pie y entre sus codos
Y aunque pierdan la razón no perderán su lucidez
Aunque se hundan bajo el mar de nuevo en vilo se alzarán
Pues se acaban los amantes mas no el amor
Y la muerte no impondrá su reino.

Y la muerte no impondrá su reino.
Quienes yacen tendidos
Bajo interminables pálpitos del mar
No morirán palpitando de terror:
Retorciéndose en el potro en tanto el músculo se afloja
Y abiertos en canal, su esqueleto ha de resistir;
La fe gemirá en sus manos al partirse en dos
Y demonios unicornes los penetrarán,
Pero aun así, hendidos de principio a fin, no van a crujir
Y la muerte no impondrá su reino.

Y la muerte no impondrá su reino.
El grito de la gaviota puede no estallar en sus oídos
Ni una ola ruidosa romper en la costa;
Donde una flor brotó quizá ya no exista ninguna
Que al golpe de la lluvia alce la frente;
Pero aunque estén ebrios y muertos como clavos
Y las calaveras hundan con su martilleo a las margaritas
Ellos golpearán al sol hasta que sus puertas cedan
Y la muerte no impondrá su reino.

Dylan Thomas

(versión de Marco Antonio Montes de Oca)

29 mayo, 2008

Ah, el amor (15)



Andrew: … No estábamos enamorados. Era sexo puramente animal. Lujuria. Hubiera dado mi brazo derecho por desnudarte y hacerte todo lo más indecente que se pueda imaginar.

Ariel: Justamente tenía ganas de que hicieras eso.

Andrew: Lo sé, lo sé. Perdí la oportunidad. ¡Es tan lamentable! ¡No he dejado de arrepentirme desde entonces! Es lo más lamentable de la vida: una oportunidad perdida…

Ariel: Quién sabe lo que hubiera podido pasar si llegamos a hacer el amor aquella noche. El momento era perfecto, y haciendo el amor se aprenden cosas de uno mismo que jamás se hubieran imaginado de otra forma.


Woody Allen
Comedia Sexual De Una Noche De Verano

25 mayo, 2008

Olga Orozco




  • "Azar" y "destino". Son palabras que llevo siempre conmigo como herencia de ese encuentro. Mi poesía las alude repetidamente. Orozco es el apellido de mi madre, el de mi padre es Gugliota. Mi padre había llegado de Europa y dejaba el Mediterráneo a sus espaldas. Mi madre salió a su encuentro en una volanta que venía desde San Luis. Yo tengo una piedra de cada uno de esos lugares y les siento una vibración particular. A menudo escribo alternadamente con una u otra piedra. Creo que en nuestras vidas el azar es permanente y que el destino se nos abre en forma de abanico porque vale tanto en la vida lo que uno hizo como lo que dejó de hacer.

  • Creo que la poesía es eso. Una permanente pregunta. Por más que uno conteste con aseveraciones, en realidad esa respuesta es también una pregunta. Y claro, se acaba. La última pregunta no tiene respuesta o la respuesta nos está vedada. Hay sellos que no se pueden levantar desde este costado del mundo.

  • La poesía, en su representación total, así como el universo, como esa esfera de la que hablaban Giordano Bruno y Pascal, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna, es inaprensible'.

  • Siempre escribí porque me siento insuficiente, inacabada. Porque siento que mi yo es limitado, que estoy aquí y ahora y la poesía me abre otras fronteras, me saca de mi yo y me hace completamente con todo lo otro. Creo que he variado muy poco en mi visión del mundo. Tal vez haya ahora una mayor riqueza de recursos o un manejo más acabado del lenguaje, pero me parece que, en definitiva, el sentido último de mi poesía es el mismo y que hay una continuidad total en todo lo que hago.

24 mayo, 2008

La sorpresa

Ordinary People (Gente como uno, 1980)

Conrad Jarrett: ¡Dame tu mano!
Buck Jarrett: ¡La cagamos, viejo! ¡Papá nos va a correr por toda la casa por esto!
Conrad: ¡No tiene nada de gracioso!
Buck: ¡No te sueltes!
Conrad: ¡No, Buck!
Buck: ¡Todo va a salir bien!
Conrad: ¡Resistí hermano! ¡No te sueltes! ¡quedate conmigo! ¡quedate conmigo! ¡quedate conmigo! ¡Oh, Dios! ¡Bucky! ¡Buck! ¡Buck!





Dr.Tyrone Berger:
¿Hola?
Conrad: Soy Conrad.
Dr.Berger: ¿Qué pasa?
Conrad: Necesito verlo.
Dr.Berger: ¿Dónde estás?
Conrad: No sé.
Dr.Berger: Está bien. Andá para el consultorio. Nos encontramos allá.
Conrad: Bueno.

Dr.Berger: Bien. Estás acá.
Conrad: Pasó algo.
Dr.Berger: Un minuto. Esperá a que entremos. Listo. Mierda. Uno pensaría que ellos tendrían en cuenta que podría haber emergencias. No te lo saques. Sólo sentate.
Conrad: Pasó algo.
Dr.Berger: ¿Qué?
Conrad: Es...
Dr.Berger: ¿Es qué?
Conrad: Oh. ¡Dios! Necesito algo.
Dr.Berger: ¿Qué necesitás?
Conrad: Sigue pasando. ¡No lo puedo detener!
Dr.Berger: Ni lo intentes.
Conrad: Me tengo que liberar.
Dr.Berger: ¿De qué?
Conrad: ¡De lo que le hice!
Dr.Berger: ¿Qué?
Conrad: ¡Tiene que ser culpa de alguien... si no no tiene sentido!
Dr.Berger: ¿Cuál sentido? ¡Sólo sucedió!
Conrad: Oh. No. No me refería a eso. Es sólo que... Bucky. No fue mi intención. Bucky, No fue mi intención. ¡Bucky!
Dr.Berger: No fue tu culpa.

Conrad:
Vos dijiste. "¡Bajá la vela!" ¡No podía! ¡Estaba atascada! ¡y después la driza se atascó! ¡Porque la maldita driza se atascó! Y entonces te sentaste sin saber qué hacer! ¡Hasta que fue demasiado tarde! ¡Y se supone que yo me encargue!
Dr.Berger: ¿Y eso no es justo, no?.
Conrad: ¡No! Y después me dijiste "¡aguantá!" "¡aguantá!" ¡Y te soltaste! ¿Por qué soltaste?
Dr.Berger: ¡Porque me cansé!
Conrad: ¿Sí? Bueno. ¡Andate a la mierda! ¡Idiota! Duele estar enojado con él.
Dr.Berger: Sí.
Conrad: Sólo no fue cuidadoso. No vió que algo malo podía pasar.
Dr.Berger: Pasan cosas malas aún cuando la gente es cuidadosa.
Conrad: Debimos haber regresado... cuando se empezó a poner feo.
Dr.Berger: Entonces cometieron un error.
Conrad: ¿Por qué se soltó? ¿Por qué?
Dr.Berger: Quizás vos seas más fuerte. ¿Alguna vez se te ocurrió pensar que eras el más fuerte? ¿Cuánto tiempo más te vas a castigar? ¿Cuándo vas a parar?
Conrad: Quisiera hacerlo.
Dr.Berger: ¿Por qué no lo hacés?
Conrad: No es fácil. Dios... yo lo amaba.
Dr.Berger: Lo sé. ¿Qué pasó? Dijiste que algo había pasado. ¿Qué provocó todo esto?
Conrad: Karen. Se suicidó. Acabo de enterarme de que está muerta.
Dr.Berger: Jesús.
Conrad: Ella estaba bien.
Dr.Berger: No. No estaba bien.
Conrad: ¡Ella me lo dijo! Me dijo...
Dr.Berger: ¿Qué?
Conrad: Estaba ocupada y se sentía bien...
Dr.Berger: ¿Qué? ¿Qué?
Conrad: Si hubiera sabido... Podría haber hecho algo.
Dr.Berger: ¿Te la estás cargando a ella también?
Conrad: ¡No!
Dr.Berger: ¿No?
Conrad: No. Yo sólo...
Dr.Berger: ¿Qué?
Conrad: No es eso. Me siento realmente mal por esto. ¡Sólo déjeme sentirme mal por esto!
Dr.Berger: Ok. Mirá... yo también me siento mal.
Conrad: ¿Por qué a la gente le pasan cosas? No es justo.
Dr.Berger: Tenés razón. No es justo.
Conrad: Sólo cometés un único error... y...
Dr.Berger: Um-hmm.
Dr.Berger: ¿Y cuál fue el único error que vos cometiste?
Dr.Berger: Lo sabés.
Dr.Berger: Lo sabés.
Conrad: Yo aguanté. Me quedé en el bote.
Dr.Berger: Exacto.
Dr.Berger: Ahora. Podés vivir con eso ¿no?
Conrad: ¡Estoy aterrado! ¡Estoy aterrado!
Dr.Berger: Los sentimiento son aterradores. Y a veces son dolorosos. Si no podés sentir dolor... tampoco sentirás ninguna otra cosa. ¿Me entendés?
Conrad: Creo que sí.
Dr.Berger: Estás acá. Estás vivo. No digas que eso no lo podés sentir.
Conrad: No se siente bien.
Dr.Berger: Es bueno. Creeme.
Conrad: ¿Cómo lo sabe?
Dr.Berger: Porque soy tu amigo.
Conrad: No sé qué hubiera hecho... si usted no hubiera estado acá. ¿En serio es mi amigo?
Dr.Berger: Lo soy. Podés contar con eso.


17 mayo, 2008

Como un beso en los párpados

Thomas Eakins - The Swimming Hole


Los marineros se bañaron en el agua tibia; el aire ardiente secó su piel. Llegó el anochecer, pero sin el frescor que descansa, sin el frescor de la noche, como un beso en los párpados. Ahora la noche es tan cálida, que no podemos dormir. Relámpagos silenciosos palpitan en el borde del cielo y por las olas pasan vagas fluorescencias. Medio acostados en el puente, sueñan los marineros y los grumetes y en la noche misteriosa, que extiende sus brazos hacia los que sueñan, se han retorcido de deseo. Nosotros nos hemos quedado de pie, pues no nos atrevíamos a tumbarnos, y durante toda la noche hemos oído sus suspiros mezclarse con los hálitos amorosos del mar, pero de nuestra severa actitud ha nacido en nosotros un pensamiento más serio y la calma de la noche ha descendido hasta nuestro rostro.

André Gide
El viaje de Urien

Frío




EL AMOR DIFÍCIL

Quizá tú no me viste,
quizá nadie me viese tan perdido,
tan frío en esta esquina. Pero el viento
pensó que yo era piedra
y quiso con mi cuerpo deshacerse.
Si pudiera encontrarte,
quizá, si te encontrase, yo sabría
explicarme contigo.
Pero bares abiertos y cerrados,
calles de noche y día,
estaciones sin público,
barrios enteros con su gente, luces,
teléfonos, pasillos y esta esquina,
nada saben de ti.
Y cuando el viento quiere destruirse
me busca por la puerta de tu casa.
Yo le repito al viento
que si al fin te encontrase,
que si tú aparecieses, yo sabría
explicarme contigo.

Luis García Montero

10 mayo, 2008

Happiness

Paleta de Colores - Saúl Santos Díaz


"La razón honda, permítame llamarla así, creo yo que nadie la supo. O nadie me manifestó entenderla. Yo era (soy) un descreído. Notaba cada vez más tenazmente el vacío que hay detrás de todo, y me daba cuenta, a veces agónicamente, de que yo no era feliz, y de que en este mundo, lleno de imperfecciones, de carencias, de ausencias, nunca lo sería... Me vine aquí para intentar ser feliz diciendo que no podía serlo, que era muy difícil, pero que me negaba a aceptar la venda obnuviladora que tantos se ponen... Renunciando a todo (al prestigio, a la posición social, al éxito, al nombre) me hacía íntimamente libre para intentar vivir, esto es, para buscar una intensidad, una plenitud, lo más similares a la felicidad imposible..."

Luis Antonio de Villena
La felicidad y el suicidio