17 mayo, 2008

Como un beso en los párpados

Thomas Eakins - The Swimming Hole


Los marineros se bañaron en el agua tibia; el aire ardiente secó su piel. Llegó el anochecer, pero sin el frescor que descansa, sin el frescor de la noche, como un beso en los párpados. Ahora la noche es tan cálida, que no podemos dormir. Relámpagos silenciosos palpitan en el borde del cielo y por las olas pasan vagas fluorescencias. Medio acostados en el puente, sueñan los marineros y los grumetes y en la noche misteriosa, que extiende sus brazos hacia los que sueñan, se han retorcido de deseo. Nosotros nos hemos quedado de pie, pues no nos atrevíamos a tumbarnos, y durante toda la noche hemos oído sus suspiros mezclarse con los hálitos amorosos del mar, pero de nuestra severa actitud ha nacido en nosotros un pensamiento más serio y la calma de la noche ha descendido hasta nuestro rostro.

André Gide
El viaje de Urien

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