Al final de Las ciudades invisibles, el Khan decía que todo relato era una distracción inútil ya que la última ciudad que todos conoceríamos era el infierno. A lo que Marco Polo contestaba: “El infierno no es algo que será. Ya existe aquí; lo habitamos todos los días; lo conformamos todos juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera, fácil, es aceptar el infierno, volverse parte de él hasta ya no verlo. La segunda exige aprendizaje continuo: consiste en hallar quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y darle espacio, y hacerlo durar mientras vivamos”.
Juan Forn
Fragmento del artículo El reposo del viajero en Página12.
2 comentarios:
Hace tiempo, casi un año, que te sigo. Los fragmentos que eliges son siempre conmovedores y removedores. Muchas gracias por compartir tu sensibilidad.
Mun
Gracias Mun, es lindo saber que a alguien también le llega algo de todo esto. Saludos. :)
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