William-Adolphe Bouguereau
El remordimiento de Orestes (1862)
Porque entonces yo ya sabía que aquella enfermedad era una condena. Tal vez todas las enfermedades lo sean, aunque no puedo asegurarlo, quizá también haya accidentes. Pero a mí me habían castigado. ¿Por qué? ¿Dónde me había equivocado, qué delito había cometido? Sospechaba que todo ello guardaba una difusa relación con la música, con E., con mi estilo de vida, con mi método de trabajo y con todo lo que yo era... Todo eso constituía una especie de crimen complejo consistente en no haber vivido, trabajado y amado como debería haberlo hecho. Pero, por Dios, ¿cómo debería haberlo hecho? Nadie me lo había explicado nunca. Nadie me había ayudado nunca.
Sandor Márai
La Hermana
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