Aunque el rechazo al consumismo y a la tecnocracia fueron tópicos de la contracultura, teníamos demasiados deseos manipulables y fuimos seducidos por la colosal innovación y expansión técnica que produjo mercancías y prácticas sociales a lo grande. Seducidos y/o incapaces de resistir la avalancha. Yo también mordí el anzuelo. El de esa cortina invisible que flota en el océano global por el que nadamos a la deriva entre empresas monopólicas que nos atrapan y aplastan como pescados en las redes de arrastre, burlándose de los discursos y prácticas comunitarias, autonomistas, libertarias de altri tempi. Esas empresas nos ofrecen sus carnadas, sus ilusiones de magos: fama, prestigio, poder, dinero. Hay algo en lo que tiene razón: el capitalismo está en y entre nosotros, no allá afuera.
Osvaldo Baigorria
Postales de la contracultura.
Un viaje a la costa oeste (1974-1984)
2 comentarios:
Me encanta tu blog. Y me encantan las lecturas que compartís.
(Borré el comentario anterior porque me lo cargó desde mi cuenta bue -la del laburo -)
Gracias Loli!
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