23 junio, 2006

Un parque salvaje y natural

Henry Miller, 1933

Aun cuando deba convertirme en un parque salvaje y natural habitado sólo por soñadores ociosos, no he de detenerme a descansar aquí, en la estupidez ordenada de la vida adulta y responsable. He de hacerlo en memoria de una vida que no se puede comparar con la vida que se me prometió, en memoria de la vida de un niño al que asfixió y sofocó la aquiescencia mutua de los que habían cedido. Repudio todo lo que los padres y las madres crearon. Regreso a un mundo más pequeño aún que el mundo helénico, a un mundo que siempre puedo tocar con los brazos extendidos, el mundo de lo que sé y reconozco de un momento a otro. Cualquier otro mundo carece de sentido para mí, y es ajeno y hostil. Al volver a atravesar el primer mundo luminoso que conocí de niño, no deseo descansar en él, sino abrirme paso a la fuerza hasta un mundo más luminoso del que debo haber escapado. Cómo será ese mundo es algo que no sé, ni estoy seguro siquiera de que lo vaya a encontrar, pero es mi mundo y ninguna otra cosa me intriga.

Henry Miller
Trópico de Capricornio

2 comentarios:

Marxe dijo...

¿Endry?
Yo sólo leí T.de C. aunque tengo otros dos en espera. Reconozco que el tipo no era una joyita pero este libro me pareció muy interesante.

Marxe dijo...

Aja, no me acordaba de eso.
Loleí hace bastante y me fascinó. Tiene un humor ácido y unas miradas a la sociedad de entonces (que se refleja en la de ahora) y sobre la vida en general que es increíble.